lunes, 3 de noviembre de 2008

Buceando en (des)concierto

Una línea de luz se dibuja en el sucio suelo del bar. Ruido, música, gente riendo, hablando, bebiendo...

Sola un instante te concentras en esa delgada cuerda de lucidez...

Amanece tras la ventana de una habitación sin recuerdos. Los pequeños agujeros de la persiana filtran un calor desvaído.

Sola un instante buscas el significado en los pliegues de las sábanas...

Nadas entre cenizas...Crees que queman tu piel....

Te aferras a la profundidad de tu caparazón vacío cuando es en sus bordes que comprendes que aún está por llenar...

3 comentarios:

sb dijo...

me gusta la idea, es mejor un caparazón vacío (que siempre se puede llenar) que uno lleno de agujeros en los que se escapa todo lo que se ponga.

Verónica dijo...

Cuando se siente desde tan profundo... sólo queda ir abriéndose paso hacia la superficie, no te vayas a quedar sin oxígeno.
Me gusta mucho el texto.
Besitos!

El Nene Girasol dijo...

Quizas se deba a que tengo un día raro, la cuestion es que el caparazón vacío me va a rondar en la cabeza toda la noche. Una vez más gracias por hacerme pensar cosas que evito pero que necesito.
Que te pasen cosas lindas